La puerta
LA PUERTA
La puerta, aunque descolorida y agrietada, permanece casi igual a cuando nos mudamos a la casa. ¡Es como si siempre hubiese sido vieja, si bien entonces no lo notábamos o no nos importaba!
En el jardín de nuestro fondo, ella separaba (¿o unía) al patio trasero de la morada del vecino, que al fin y al cabo era el tío Antonio. Había sido su decisión, conjunta con la de papá, adquirir dos viviendas contiguas, a fin de que los primos nos criásemos como hermanos, vieja costumbre familiar hoy pasada de moda.
De modo que la puerta se convirtió, con el correr del tiempo, en mágico portal que nos conducía a dichosos espacios de libertad, con límites impuestos solo por nuestra imaginación, entonces desbordante.
Y así, el viejo Palo Borracho mutaba en sombrilla protectora en siestas veraniegas. Bajo él, las niñas amasábamos con barro los potajes destinados a las diminutas ollas de aluminio para luego servirlos en vajilla de loza pintada, entre risas y secreteos.
Se sumaban los varones, luego de una picada futbolera, o tras una contienda de canicas. Había una, no recuerdo su nombre, la más deseada, de cristal veteado, ciertas veces causante de distanciamientos que se esfumaban cuando Ramona, la criada, nos convocaba para beber el espeso chocolate (frío o caliente, según la estación) con deliciosos bollos rellenos de dulce de leche. La convocatoria gastronómica de entonces, con sabores y aromas irrepetibles, era el lazo que ajustaba sin oprimir el sagrado cordón de los afectos.
La cita era en nuestro patio de tierra. Mi hermano y yo, por un lado, mis primos Dalmacio, Lucy, Néstor y Alicia, de parte de tío Antonio, y Luisito, Diana y César, los vecinos cuyo terreno colindaba con el nuestro , quienes solamente tenían que saltar un arcaico muro petiso para unírsenos.
Integrábamos los diez niños la pequeña cofradía que bendecía una y otra vez el milagro de la puerta, siempre desprovista de llaves, al igual que nuestras ilusiones y promesas de jamás dejar de amarnos con esa forma de amor que solamente pueden profesarse quienes habitan el país de la inocencia.
No voy a hacer el racconto de lo que fue posteriormente de nuestras vidas. Sabemos que de los sueños infantiles solo se recuperan los recuerdos. Y eso debería bastarnos.
Hace un poco de frío. Los camiones de mudanza ya se han completado su carga. La de nuestra casa, pues la del tío Antonio hace rato que se ha quedado envuelta en brumas silenciosas.
La prima Alicia me había llamado desde Washington hace un par de años, pidiéndome que me ocupara de vaciarla. Lo hice, de modo que cuando me tocó repetirlo con la nuestra, ya tenía cierto entrenamiento. Es que mi hermano Luis no podía desatender su bufete en Buenos Aires, por lo que me designó su apoderada, al igual que mis primos.
¡He sido la única que permaneció en el pueblo, cuidando de abuelos padres y tíos, atada a evocaciones, “triste, solitaria y final” como aquella novela de Galeano, la primera lectura “seria” de mis años mozos, junto a “Las fuerzas morales” de José Ingenieros y algunos títulos que marcaron esta que soy aquí y ahora!
Acaricio a la puerta una vez más con la mirada, antes de marcharme por una callecita “bordeada de trébol y juncos en flor”, hacia el país de no-me-acuerdo, buscando el reino del revés que se me perdió en los bolsillos de gigantes guardianes de jardines, nacidos de la pluma de Oscar Wilde.
Sin mirar hacia atrás, a paso lento y un tanto vacilante.
Comentarios
Tampoco es del todo malo mirar atrás. Sé que lo sabes.
Con puertas en el alma.
Cariños.
Mil besos y mil rosas.
Qué triste es dejar atrás lo que nos ha hecho feliz...debería ser al revés....no acordarnos de lo que nos hace daño.
Un abrazo enorme para ti.
tq amiga linda.
mar
...qué bello tu relato Catalina amiga, nos abriste un portal a recuerdos imborrables que están llenos de inmensos tesoros infantiles mezclados con la bruma de la nostalgia... Algo similar viví en mi infancia...
Te mando un gran abrazo, y muchas gracias por hacerme revivir hermosos recuerdos de mi niñez...
Besos.
Besos
Es domingo por la mañana bien tempanito y estoy aquí en tu casa tomando unos mates amargo, si gustas uno??, así podremos hablar de bueyes perdidos, es para eso los mates….
La puerta para mi es para unir, se ve tan enigmática, o serán tus palabras?...
Un abrazo de oso y buen domingo.
Los recuerdos nos ayudan a ser lo que somos.
Te abrazo emocionada linda Catalina.
M
Gracias por visitarme y ahorita mismo te añado a mis enlaces.
Besos
Felicitaciones Catalina, un trabajo muy bien relatado , justo en sus palabrasy sobre todo ameno en su hilación
Besitos de luz
buen inicio de semana
Gracias querida Catalina y besos y abrazos.
onde está porta chamada saudade nos traz tanto sentimento...
Belo!
carinhoso abraço
Ramona, así se llamo mi abuela paterna, mujer difícil de tratar, de carácter fuerte y a veces muy dada a la confrontación.
Y de Galeano uno de mis escritores preferidos, que desde hace muchos años lo leo incansablemente.
Las puertas se abren y se cierra, según los tiempos, pero esas puertas que marcaron nuestra niñez, descoloridas, con su pintura agrietada por el paso del tiempo y las capas incesantes de pinturas de muchos colores, Llenas de herrumbre en sus bisagras y sus llavines, esas mismas puertas que nos vieron llegar, muchas veces son las únicas que nos ven partir.
Saludos
Y quedamente te saludo para que este día sea pleno de dicha y sosiego para ti y para todos los que te siguen.
Un abrazo de magnolias para ti, que al ser contempladas, te devolverán la belleza de un espacio absoluto...
María del Carmen
Un abrazo bien fuerte!!
Bellísimo relato, escrito con el alma y con un gran estilo poético
Besos
Besos.
Nostalgias por una infancia como ya no existe, con vínculos que tampoco ya se nutren de ese modo...
Qué lindo si fuera tan fácil como abrir esa puerta para encontrar de nuevo a esos primos... pero la vida nos va llevando lejos.
Esas imágenes, bellísimas, eso sí, no se borrarán con nada.
Te dejo un abrazo grandote, gracias por haberme emocionado tanto con este relato.
Besitosss
Un abrazo.
Paz&Amor
Isaac
Visitarte siempre es un deleite: tus historias son hermosas, llenas de añoranzas, recuerdos por tu paso por la vida.
Un sincero abrazo.
Un abrazo, Lili
Besos
Hermoso, hermoso.
Gracias!!
Recibe mi cariño