Mi nombre es Victoria (Relato)

Mi nombre es Victoria. Una paradoja entre las tantas que marcaron mi vida, de triunfos escasa y abonada, en cambio con diluviales frustraciones que me han convertido en esta mujer agotada y descreída que, al mirarse, al espejo apenas se reconoce.

Como tampoco te he podido reconocer a ti, Marcelo, esta tarde, al tiempo que navegaba en la Web hasta llegar a esa página de sociales de nuestra ciudad natal, la que abandoné hacen algunos años sin que nos despidiéramos.

Por el apellido en la portada, supe que se trataba de un festejo de tu familia. Me costó hallarte en las fotos, mejor dicho, no lograba identificar en ninguno de los presentes a aquel semidios de piel dorada y abrazo de enredadera que acabó con mi cordura hace tanto, tantísimo tiempo.

Te reconocí por tu mujer, a quien los años han sumado aproximadamente 25 kilos (con una mirada amable de mi parte), en una foto en la que ambos estaríais bailando ¿un tango, tal vez? Aunque si mal no recuerdo, tus preferencias se orientaban hacia la música lenta: baladas y boleros, Serrat, Perales, Favio, Sinatra… voces que hacían de cortina musical a tus promesas.

De cara, ella no cambió nada. Envidiable, en verdad. Aunque puestos a pensar, ¿quien podría sentir apetencia por poseer unos bonitos ojos que te congelan con sólo mirarte?, ¿o desear una mandíbula como la que delata tal dureza de carácter?.. esa que te mantuvo subyugado antes, durante y después de mi paso por tu vida.

El tiempo, querido Marcelo, ha hecho estragos en tu imagen de ganador empedernido, Don Juan de pacotilla, mentiroso, adulador, irresistible y magnífico.

Me pregunto si ese viejo decrépito que observé en las fotos conserva dentro de sí algo de aquello que marcó mi rendición en todas las batallas en los distintos flancos donde me ha tocado pelear para sobrevivir a tu abandono.

Y aunque ni yo misma me lo crea, podría decir que no me hace feliz esta revancha inesperada: la de saberte junto a mí, en la línea crucial de la derrota, bajo una balacera de recuerdos.



Catalina Zentner

Comentarios

M@R ha dicho que…
HOLA,,,
NO SE SI REIRME O AGRADECERLE AL CIELO,,,
AUN QUE SI YO FUERA VICTORIA LE AGRADEZCO AL CIELO Y ME RIO DEL VIEJO DECREPITO,,,
UFFF Y DIRIA ME SALVE,,,DIOS,,,
UN ABRAZO,,,

p/d: pero ser viejo no es malo,,,
yo misma ya estoy viejita, pero divina,,,jajajajaja
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Mar, este fue decrépito aún siendo joven. Y yo también estoy en lo que se dice "adultos mayores", pero erguida y radiante en mi balcón, como una siempreviva.
¡Gracias por tu visita!
Georgie ha dicho que…
Viste, Cata..?
Están todos hechos m..., menos nosotros...
Dios bendiga a nuestros espejos!
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Gerogie, nuestro secreto de juventud radica en la vida campestre, a puro mate, chipacitos y leche directamente de la vaca al consumidor.
Un abrazo,
Catalina
Anónimo ha dicho que…
hay reencuentros que duelen, ¿verdad, cata?

amor
arcgabriel ha dicho que…
Bello texto. siempre es un gusto pasar por aqui.

SALUDOS.
Es la vida, como vos siempre me decís.

Besos
PIZARR ha dicho que…
Catalina, redescubro tu blog que no anoté en su día.

Me ha gustado esa historia real como la vida misma.

A menudo
este tipo de encuentros con el pasado ayudan aponer las cosas en su sitio, más bien los recuerdos a veces desvirtuados o exagerados por el paso del tiempo.

UN SALUDO DESDE BILBAO
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Santi, Gabriel, Vero, Pizarr, leo cada uno de vuestros comentarios y me permito responderles en conjunto, pues se repite una y otra vez mi agradecimiento por acompañar sueños, vivencias, sensaciones, ficciones y todo lo que surge en noches de insomnio, mañanas venturosas, días grises o notables, y que no tendrían razón de ser sin vuestro apoyo.
un monton de palabras ha dicho que…
paseando por aqui, descubriendo. un relato muy vivido, sincero.

un abrazo
Fernanda Irene ha dicho que…
El tiempo es implacable, aunque para unos más que para otros. Creo que la buena conciencia alisa la piel y mantiene el brillo en los ojos, por eso nosotras, a pesar de la edad, parecemos aún unas niñas :o)

Un abrazo, Catalina

Irene
TORO SALVAJE ha dicho que…
Uffffff, a eso se la llama ir a por la yugular. No te dejaste nada.

Espero que no te duela.

Besos.
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Un montón de palabras me empuja a conocer tus Cotidianidades. Allí estaré, mientras, te digo gracias por tu visita.
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Fermina ¡totalmente de acuerdo contigo!
Que los años pasen, pero que no nos pasen.
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Toro, cirugía sin anestesia, esa es la clave.
Señor De la Vega ha dicho que…
Señora Catalina,
Con demoledora severidad su pincelada dibuja a los personajes de lo fatuo y deja sus miserias al descubierto.
¿Empeoró el adulador o mejoró ella ganando en exigencia?
Así la edad nos trata, nos retrata y finalmente nos delata.
Como siempre reposo, en su balcón bendecido por las musas Z+-----
Elipse ha dicho que…
El tiempo pasa y causa estragos físico, pero los recuerdos se conservan intactos...
Besos!
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Señor De la Vega, ¿sabe Ud. que me agradan especialmente sus visitas?
¡Gracias por acudir a mi balcón!
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Elipse, el tiempo no perdona lo físico, pero si sabemos respetarlo, ayuda a embellecer nuestro interior.
Unknown ha dicho que…
hay veces que la jusicia no es ciega y el culpable paga sus crímenes sentimentales, ...

me gustó

un abrazo
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Tomás, la de la vida, es una justicia que funciona.
Trini Reina ha dicho que…
Porque a veces, sin que nosotros nos enteremos, la vida nos hace de Némesis, sin necesitar nuestra presencia...

Me ha encantado la historia.

Besos
Catalina Zentner Levin ha dicho que…
Trini,cuando los números cierran el balance es positivo.
fgiucich ha dicho que…
La revancha que dan los años. Brillante, amiga mía. Abrazos.

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Hasta siempre, querida gente