Asumo...
Asumo que la tristeza me ha sido concedida como uno de los dones que alguna hada traviesa introdujo en el registro que me fue adjudicado en el momento de nacer.
Ella formó parte de mí desde entonces. Amores y sinsabores tejieron una trama que me envolvió superficialmente, de modo que el frío pudo colarse entre los hilos y clavar en mi piel sus alfileres. Al cabo me acostumbré, y sucesivos pinchazos dejaron de dolerme.
Hoy miro hacia atrás y no me aterran las sombras que oscurecieron mi visión: de tanto andar con ellas firmamos una tregua. O al menos, nos toleramos ante lo inevitable del amarre que nos sujeta más allá de nuestra voluntad.
A veces pienso que ellas, las sombras, están un poco cansadas de acecharme, les gustaría desprenderse y arribar a otro sendero. De nuevo libres para desplegar sus artilugios destinados a encerrar esperanzas en una caja vacía de jabón de lavar o suspiros en un envase descartable de gaseosa.
De alguna manera me siento victoriosa, la rutina las doblegó domesticándolas, y mi tristeza y yo nos mantenemos intactas, fusionadas una gama de grises acerados, muy lejos del azul, aunque a media distancia de lo bruno, esa región infausta donde habitan espectros que se alimentan con zumo de pesares.
Asumo, entonces, que habitan en mi cuerpo dos mujeres, una que agradece las bendiciones concedidas y, sin embargo, se deja conducir por la otra, la que es dueña de la melancolía, hacia la recta final donde cabe tan sólo aquello que podemos cargar en el morral. Ni más ni menos.
Comentarios
El comentario es:
¡Cuánto me llega tu escrito! ¡Cuánto tallado queda en mi alma cada párrafo, cada letra que se sabe parte de otra alma que vive iguales recorridos!
Dejando besos a todas las mujeres que habitan en ti,
Mig
Ni más ni menos, como díces!
besos
miles
Vero
p/d: ya me voy a descansar un rato. Luego regreso!
♥♥♥
Firmando de alguna manera una tregua con las mismas para seguir viviendo el camino de la vida.
Pero eso de la recta final, no me gusta... dejémoslo en recta... sin más...
UN BESO CATALINA
representa un comienzo hacia el camino de la paz interior.
Un beso,
Catalina
Justo así.
Besos.
Un beso, gracias por venir.
Fer: somos el universo que llevamos en nuestro interior.
Abrazos,
Aquí estoy de nuevo. Tus reflexiones sobre las dos mujeres que habitan en ti me resultan enriquecedoras y yo me identifico con ellas, aunque intento no dejar que la melancolica me domine porque yo soy una optimista convencida. Tu blog me resulta tan cercano, tan acogedor, tan auténtico... Seguro que pronto me tienes de regreso.