Se me rompió un sueño
El boleto de ida era uno solo, nos resistíamos a aceptar que en el sorteo me tocaba ser la infortunada. Perdido por perdido sobrevuelo el vacío con medio corazón atravesado por metralla de sal, punzón de hielo. Vendrá el tiempo de lluvias habrá alguna otra primavera un sol decepcionado un abrazo frustrado en el hueco de la ausencia. Y yo aquí, donde no escucho el trino de los mirlos ni florecen jazmines y azucenas y se doblan de rabia las palmeras renegando de todo y contra todo apartada del zumo del deseo fatigada de acerbo desamparo habitante de negros torbellinos perdida y sin sostén que me reponga el saldo en rojo balance que no cierra. Persisto en la morada del infierno temido, inevitable, despiadado. Catalina Zentner 29-11-08 A todos, muchas, muchas gracias. Empezaré a visitarles nuevamente, poco a poco.
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Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Nana continuó con sus estudios, gracias al apoyo de su profesor de música y permaneció en el conservatorio hasta 1950. Luego cantó en pequeños clubes nocturnos, donde Harry Belafonte la daría a conocer posteriormente. Al percatarse de estas 'escapadas' de Nana a los clubes de jazz la echaron del conservatorio, y como ella menciona: Mi maestro me dijo: jazz o clásica, y yo opté por la música.