¿Felicidad?
Mi amiga More Baker me ha encomendado una tarea: enumerar catorce cosas que me hacen feliz.
Tomo la consigna, aclarando que no creo en la existencia de ese estado ideal que llamamos felicidad, la confundimos con el reparo de ciertos oasis en el deambular por zonas desérticas, inhóspitas, oscuras, de nuestra vida. Al comprobar que algunos fueron solamente espejismos, aprendí que la felicidad no existe, acaso nos aproxime a ella la estela de un deseo, la voluntad de creer en los sueños, una sonrisa compartida, la mirada que acaricia, el beso inesperado, una carta tardía, el llamado de un hijo que está lejos, un amanecer de pájaros que dibujan piruetas en el cielo, una voz compasiva entre bramidos, pisar las hojas secas en otoño, aromas de tostadas y chocolate caliente en mañanas invernales, veranos trasfundidos en oro líquido, bailarinas de Degas desprendidas de un cuadro al compás de un nocturno de Chopin, un libro de Cortázar, lapachos encendidos en agosto, la luna s