Marcia

Marcia tiene violetas en los ojos. Y el corazón (de tan vacío), convertido en cáscara frágil y permeable. Allí expone las lágrimas perdidas cuando daba de beber a pájaros sedientos. Marcia acuna palabras en hojas de cuaderno. Y se oculta en las ramas de aquel naranjo del patio de juegos de su infancia. El mismo que hace rato dejó de florecer. Dispone aguaceros cuando la luna asoma, para saltar en los charquitos, disfrazada de pálida torcaza. Cree volverse invisible, confundida en una nube azul o dispersa en el aire como pluma robada de algún nido. Marcia arropa unos sueños, los que todavía no sucumbieron en incendios. Así pasan sus horas. Mientras, esculpe caracolas en el estero agreste de sus días. Catalina Zentner Diciembre de 2010 Direchos Reservados La imagen fue extraída de Aquí